sábado

Cantos Rodados

La vereda se estrecha en el recodo
acercando a los cantos rodados
que responden gritando,
gritos que me ensordecen a veces
hundiendo el corazón en el fango
ignominioso del espanto.
Pero el camino no juzga, ni padece
se estrecha por impulso arcano
y un guijarro llora al lado de otro guijarro....
ambos huyen de su fatal destino
se arrojan por la colina
y caen, caen...
abajo, abajo…..
Se pierde su vista tras un desfiladero infinito
¿Llegaron cansados?
Huidos para siempre,
para siempre olvidados.
Así mi corazón siente
monte abajo, huyendo,
amando aquello lejano
eso que oculta el horizonte
y que a veces se atisba
por un arco iris rasgado.

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