Soy una impostura.
Cuando digo níveo,
dentro de mí
aflora lo sombrío.
En este corazón
que hoy se aflige
sin consternación
y se solaza
cuando estoy deshabitada.
La entelequia pierde los confines,
mi existencia
queda ceñida en la bruma
como un insecto,
apresada
en el ámbar del deseo.