viernes

Nosto al ayer


 Inicié el nosto del retorno
con la vista perdida en el horizonte
ya marchito,
entre piélagos de indiferencia,
entre sus olas de espumas,
la refrescante arena bañando mis pies
y mil pensamientos confusos.
Miré en derredor para fundirme con
sus hermosos paisajes y
me sentí en paz por primera vez.