Nace la primavera,
el sol acaricia mi piel
elevando oleadas de placer
e intuyo que florecen tus besos,
besos de sur y arena.
Tu húmeda boca me recuerda
a tu mar tan azul,
tan suave
en sus caricias.
Tan como tú
y tan diferente.
Cálido, afable, amante
pero siempre
con un poso de indiferencia.
Tu piel me huele
a naranjas dulces,
y azahares en el aire.
La distancia, ¡ay la distancia!
Me recuerda a tempestades
de Poniente con sus agujas
de arena y sal.