habitar un
corazón
antes de
habitar un cuerpo.
Subiendo beso
a beso
latido a
latido
por las oscuras
cuevas del deleite,
o por extensas
praderas
de piel y
hueso.
habitar un
corazón
antes de
habitar un cuerpo.
Subiendo beso
a beso
latido a
latido
por las oscuras
cuevas del deleite,
o por extensas
praderas
de piel y
hueso.
En torno a esta guerra
dialéctica
que nos envuelve,
donde somos
tú y yo
las mesnadas.
Por un
instante mi boca
fue
territorio ocupado.
Por lo
mórbido
de tu
lengua
tomando posesión
de los
batallones
de milicias
marfileñas.
Cuando
abandonaste
esos territorios
cayó la tribulación
del deshabitado
y la avidez
de una
nueva ocupación
aceptando
la capitulación
más
absoluta.