Algunas soledades son miserias
otras soledades son afables,
tienen luz en sus miradas
mientras que aquellas son ciegas
y sordas y audaces,
entran por los poros de la piel
y se hacen grandes,
grandes miserias que arrastramos
en nuestras descomunales mochilas.
Arrastrando cadenas
que no son nuestras,
son de ellas;
aquellas soledades
que son miserias.
Las manos vacías de pasiones
son ausencias de amanecer.
Cúpulas sangrantes de la nada,
orbes desnudos y estériles.
Miserias de hambre,
de poder y orgullo
de riquezas malversadas
en opulencias cenagosas
plagas de esputos
sangrientos de tísicas
ostentaciones.
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