sábado

EL PINO Y EL GORRIÓN



A la vera del sendero,

un enorme pinus se erguía.

Atesoraba entre su

frondosa enramada

la morada de un gorrión,

que entre sus acículas

se laceraba sus plumas y

el corazón hondamente

porque el amor no llegaba

a su morada precisa.

Solo en el bosque lloraba

de tristeza y soledad.

Más pasó por su vereda

un furtivo cazador

que acechaba a unos corzos

ocultos en la espesura

y al escuchar el trinar

del avecilla cantora

se quedó tan conmovido

que se olvidó de su presa

y  consoló al afligido.


miércoles

ÁRBOL SOLITARIO


En el entorno del bosque

se erige inhiesto un árbol,

en otoño dará sus frutos

y sombra a quien transita

en el áspero estío.

Mira desde la distancia

las penas del hombre mínimo

que se acomoda en su tronco.

Su mirada es antigua

ni divaga

ni anhela,

habita el sol y la lluvia,

el viento y el destino,

imperturbable y sereno,

este árbol de la senda.