martes

INTRUSA INDESEADA


 

Soledad, esa sombra que me acecha,  

intrusa indeseada en mi alma.

Se apropia de mí ser,

cual hiedra trepadora,

robándome la luz,

la alegría y la aurora.

De mis recuerdos se alimenta,

fantasmas del ayer que la sustentan.

Sueños marchita, cual flores en sequía,

dejando un vacío que el alma agota.

Blanquea mis mejillas,

con su gélida mano,

apagando la sonrisa,

en un llanto callado.

Se enseñorea de suspiros,

cual diosa tirana,

ahogando la esperanza en una pena nimia.

La soledad, un monstruo sin rostro,

que devora la ilusión, sin dejar huella.

Amor y fe marchita,

cual hojas en otoño,

dejando mi corazón en un yermo eterno.

Más no te rindas,

alma, lucha con bravura,

enciende la llama que aún arde

en tu lóbrega tristeza.

 

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